
Característica del Teatro en Cusco:
AMATEUR, persona aficionada o diletante, alguien que se dedica parte de su tiempo libre a una actividad de modo NO PROFESIONAL porque demuestra un marcado interés por ella, interés que se parece demasiado al amor.
Etimológicamente AMATEUR proviene de la palabra AMOR, es decir que las personas que se dedican a una actividad de modo amateur lo hacen por que sienten un profundo amor por ella, tanto que están dispuestos a sacrificar su tiempo familiar, de descaso y esparcimiento por dárselo a esa determinada actividad. Este amor profundo es la característica que une a todas las personas que se dedican a hacer teatro en el Cusco.
En esta ciudad los teatristas estamos acostumbrados a que nos digan amateurs con un tono de desprecio, esa es la razón por la que a la mayor cantidad de directores y actores de teatro en Cusco les cuesta aceptar esta realidad contundente e ineludible.
Si nos ponemos a pensar en un universo de entre 70 y 80 personas dedicadas a este arte podremos darnos cuenta que solo son unos 10 que se dedican exclusivamente a esta actividad, el resto esta compuesto por estudiantes universitarios o profesionales de otros ámbitos del saber y los 10 dedicados al teatro “trabajan” como profesores de este arte y rl tiempo que les sobra lo dedican a la propia actividad.
Esto terminada de definir al teatro Cusqueño como AMATEUR ya que si nos ponemos a pensar en las 8 horas diarias que dedica al trabajo teatral un profesional y las 2 o 3 que dedicamos nosotros queda más que claro que dedicamos nuestro tiempo libre a este arte que amamos profundamente.
Los Dos Lados del Teatro Amateur:
Este AMOR de AMATEUR que profesan los teatristas cusqueños tiene dos repercusiones claras e irrefutables en el desarrollo del teatro en esta ciudad:
La primera y perjudicial se parece al atontamiento típico del enamorado que se ciega ante la amada de modo que se olvida de si mismo y desaparece en los brazos del propio amor. Los teatristas que sufren de este mal de amores se adormilan y se entregan a sueños que son propios de la mediocridad.
El saberse amateurs les da la escusa perfecta para entregarse con firme convicción al ya desprestigiado paradigma ochentoso del “Tercer Teatro”, la escusa perfecta para convertir la simpleza y la repetición en mediocridad y no en la creatividad de la que escribía el maestro Barba con gran ilusión ya hace mas de dos décadas.
La segunda y beneficiosa repercusión se parece a la sensación curiosa de querer ser mejor cada día que te da el amor cuando es mas sincero y menos juvenil. En este caso el teatrista enamorado al saberse amateur intenta romper el molde y crecer en su arte para hacerse digno de tal amada que requiere de un gran amante para seguir existiendo.
Este teatrista recurre a cuanta herramienta cae en sus manos para mejorar en sus artes, talleres, bibliografía, viajes de estudio y demás cosas que pueden suceder en una ciudad que no cuenta con un centro de formación en artes escénicas que permita a estos amantes convertir su amor en profesión.
Algunas Conclusiones:
La característica amateur que tiene el teatro cusqueño se origina en dos realidades que marcan el arte de las tablas de modo capital en casi todos los aspectos propios del arte:
Al igual que en la mayor cantidad de ciudades peruanas el teatro es un arte de elite reservada para un grupo de personas “cultas” que disfrutan del arte de las tablas, esto debido a que las entidades encargadas de gestionar la cultura no se esfuerzan por servir de medio eficiente para acercar al común de la gente a esta manifestación artística.
Los fondos destinados a la promoción de actividades culturales se reparten y son utilizados para diversas actividades más rentables políticamente. Los espacios públicos construidos para las representaciones de artes escénicas se utilizan para todo tipo de actividades no artísticas que son más rentables para las arcas de estas instituciones. Estas realidades hacen cada vez más difícil continuar con la práctica de este arte en el Cusco.
Otra realidad que contribuye a que el teatro cusqueño sea amateur es, como señalamos en párrafos anteriores, la falta de un centro de formación profesional en artes escénicas, esto tiene como directa consecuencia la falta de reconocimiento que sufrimos los teatristas cusqueños por no tener un titulo profesional.
La sociedad no nos considera profesionales y por ende asume que todos los que nos dedicamos a este arte somos vagos que no tuvimos la suficiencia o voluntad necesaria como para ingresar a un centro de estudios superiores cuando en realidad la mayoria son efectivamente profesionales o estudiantes de nivel superior que, al no vivir en la capital y no tener los mas de mil nuevos soles mensuales requeridos para estudiar en una escuela de teatro en el Perú, no pudieron cumplir su sueño de ser “Profesionales” en el arte al que aman con todo el corazón.
Lo único que podemos hacer los teatristas cusqueños es luchar por abrir espacios en la agenda publica y seguir produciendo espectáculos con el mayor de nuestros esfuerzos para intentar conquistar cada vez a mas personas que decidan entrar con creciente regularidad a una sala de teatro y se sienta feliz y satisfecho por haber presenciado un trabajo pulcro que halla llegado a su conciencia y su corazón para arrancar al final el mas sincero voto de aplausos.
AMATEUR, persona aficionada o diletante, alguien que se dedica parte de su tiempo libre a una actividad de modo NO PROFESIONAL porque demuestra un marcado interés por ella, interés que se parece demasiado al amor.
Etimológicamente AMATEUR proviene de la palabra AMOR, es decir que las personas que se dedican a una actividad de modo amateur lo hacen por que sienten un profundo amor por ella, tanto que están dispuestos a sacrificar su tiempo familiar, de descaso y esparcimiento por dárselo a esa determinada actividad. Este amor profundo es la característica que une a todas las personas que se dedican a hacer teatro en el Cusco.
En esta ciudad los teatristas estamos acostumbrados a que nos digan amateurs con un tono de desprecio, esa es la razón por la que a la mayor cantidad de directores y actores de teatro en Cusco les cuesta aceptar esta realidad contundente e ineludible.
Si nos ponemos a pensar en un universo de entre 70 y 80 personas dedicadas a este arte podremos darnos cuenta que solo son unos 10 que se dedican exclusivamente a esta actividad, el resto esta compuesto por estudiantes universitarios o profesionales de otros ámbitos del saber y los 10 dedicados al teatro “trabajan” como profesores de este arte y rl tiempo que les sobra lo dedican a la propia actividad.
Esto terminada de definir al teatro Cusqueño como AMATEUR ya que si nos ponemos a pensar en las 8 horas diarias que dedica al trabajo teatral un profesional y las 2 o 3 que dedicamos nosotros queda más que claro que dedicamos nuestro tiempo libre a este arte que amamos profundamente.
Los Dos Lados del Teatro Amateur:
Este AMOR de AMATEUR que profesan los teatristas cusqueños tiene dos repercusiones claras e irrefutables en el desarrollo del teatro en esta ciudad:
La primera y perjudicial se parece al atontamiento típico del enamorado que se ciega ante la amada de modo que se olvida de si mismo y desaparece en los brazos del propio amor. Los teatristas que sufren de este mal de amores se adormilan y se entregan a sueños que son propios de la mediocridad.
El saberse amateurs les da la escusa perfecta para entregarse con firme convicción al ya desprestigiado paradigma ochentoso del “Tercer Teatro”, la escusa perfecta para convertir la simpleza y la repetición en mediocridad y no en la creatividad de la que escribía el maestro Barba con gran ilusión ya hace mas de dos décadas.
La segunda y beneficiosa repercusión se parece a la sensación curiosa de querer ser mejor cada día que te da el amor cuando es mas sincero y menos juvenil. En este caso el teatrista enamorado al saberse amateur intenta romper el molde y crecer en su arte para hacerse digno de tal amada que requiere de un gran amante para seguir existiendo.
Este teatrista recurre a cuanta herramienta cae en sus manos para mejorar en sus artes, talleres, bibliografía, viajes de estudio y demás cosas que pueden suceder en una ciudad que no cuenta con un centro de formación en artes escénicas que permita a estos amantes convertir su amor en profesión.
Algunas Conclusiones:
La característica amateur que tiene el teatro cusqueño se origina en dos realidades que marcan el arte de las tablas de modo capital en casi todos los aspectos propios del arte:
Al igual que en la mayor cantidad de ciudades peruanas el teatro es un arte de elite reservada para un grupo de personas “cultas” que disfrutan del arte de las tablas, esto debido a que las entidades encargadas de gestionar la cultura no se esfuerzan por servir de medio eficiente para acercar al común de la gente a esta manifestación artística.
Los fondos destinados a la promoción de actividades culturales se reparten y son utilizados para diversas actividades más rentables políticamente. Los espacios públicos construidos para las representaciones de artes escénicas se utilizan para todo tipo de actividades no artísticas que son más rentables para las arcas de estas instituciones. Estas realidades hacen cada vez más difícil continuar con la práctica de este arte en el Cusco.
Otra realidad que contribuye a que el teatro cusqueño sea amateur es, como señalamos en párrafos anteriores, la falta de un centro de formación profesional en artes escénicas, esto tiene como directa consecuencia la falta de reconocimiento que sufrimos los teatristas cusqueños por no tener un titulo profesional.
La sociedad no nos considera profesionales y por ende asume que todos los que nos dedicamos a este arte somos vagos que no tuvimos la suficiencia o voluntad necesaria como para ingresar a un centro de estudios superiores cuando en realidad la mayoria son efectivamente profesionales o estudiantes de nivel superior que, al no vivir en la capital y no tener los mas de mil nuevos soles mensuales requeridos para estudiar en una escuela de teatro en el Perú, no pudieron cumplir su sueño de ser “Profesionales” en el arte al que aman con todo el corazón.
Lo único que podemos hacer los teatristas cusqueños es luchar por abrir espacios en la agenda publica y seguir produciendo espectáculos con el mayor de nuestros esfuerzos para intentar conquistar cada vez a mas personas que decidan entrar con creciente regularidad a una sala de teatro y se sienta feliz y satisfecho por haber presenciado un trabajo pulcro que halla llegado a su conciencia y su corazón para arrancar al final el mas sincero voto de aplausos.