viernes, 30 de octubre de 2009

Se Busca Un Teatro


Dedicarse al arte en nuestra ciudad de un modo u otro implica conocer sobre gestión cultural, si bien lo correcto sería dedicarnos exclusivamente a la creación artística en una realidad como la nuestra es inconcebible ya que no tenemos las mínimas condiciones para dedicarnos solo a nuestro arte.

Es cierto que el país tiene problemas más importantes que solucionar que las dificultades aparentemente banales del arte, pero no debemos olvidar que sin nuestra labor artística no existe aquello que mas no gusta tener, la libertad.
En el presente artículo me dedicare a analizar los problemas de la gestión en el teatro que se expresan claramente en la pésima gestión de espacios públicos poniendo como ejemplo a nuestro teatro municipal.

Un Teatro Para el Cusco.
Desde la gestión edil del muy querido y recordado Daniel Estrada nuestra ciudad cuenta con un hermoso teatro municipal muy bien ubicado en el centro histórico de nuestra ciudad (no muy funcional por el mal diseño de algunos elementos básicos para un teatro).

Este teatro presenció la visita de ilustres personajes del teatro cusqueño, peruano y latinoamericano, todo durante la gestión de nuestro querido ex alcalde. Pero que paso después, las administraciones posteriores se encargaron de desmantelarlo en todo sentido.

Los equipos de luces y sonido que poseía el teatro fueron entregados a la Empresa Municipal de Festejos (EMUFEC) supuestamente para su más eficiente administración y después de eso ningún grupo de teatro pudo volver a acceder este equipo que originalmente fue destinado a estos fines.

No es que no se hayan hecho intentos por hacerlo sino que al pasar a este funesta empresa (es irónico que una municipalidad tenga en su organización una “empresa” cuando existen normas legales que prohíben denominaciones de ese tipo) los equipos tiene que ser alquilados por todo aquel que quiera utilizarlos, no importa la actividad a la que se dedican (y esto lo sé de primera fuente porque hace unos años hice el intento de solicitar equipos para una obra de teatro) lo cual como el sentido común nos dice es imposible para una producción teatral como las que se hacen en la ciudad.

De pronto también se empezaron a realizar actividades no artísticas en el teatro, reuniones de sindicatos, de partidos políticos, clausuras de colegios, congresos nacionales e internacionales, etc, y así coparon el uso del teatro e hicieron cada vez más difícil para los grupos de teatros utilizar este hermoso recinto del arte para presentar sus trabajos.

Ahora es casi imposible si no se tiene el dinero necesario para alquilar el teatro (teniendo en cuenta solo presentaciones no ensayos en el escenario que son indispensables para una buena presentación de teatro) o si no se cuenta con influencias que puedan acelerar los trámites. Si por algún milagro se consigue una o dos fechas (el promedio de duración de una temporada teatral son ocho fechas) no se puede cobrar entrada ya que según nos dicen la cultura tiene que ser accesible para todos y sin embargo no piensan que los teatristas tenemos que vivir de algo y que merecemos una recompensa económica por todo el trabajo de meses que realizamos para poder poner en escena una obra de teatro trabajo que, cabe aclarar, es igual que cualquier otro trabajo no es mas ni es menos.

Todos estos problemas citados sumados al mal trato que sufrimos los artistas de parte del personal de la municipalidad (desde las gerencias, funcionarios, porteros, cuidantes, etc.) que no entienden nuestro trabajo y nos tratan como si lo que nos estuvieran haciendo un favor en lugar de cumplir su deber. Todos estos problemas nos llevan a decir que aunque el edificio físico existe el cusco no tiene un teatro.

En Busca De Una Gestión Eficiente.
Lo que las autoridades de la ciudad, en especial las que se encargan del teatro municipal no entienden el significado que toma el concepto “Gestión Cultural” en nuestro contexto, la gestión implica la administración de recursos de todo tipo para cumplir una labor concreta que, en el caso de la cultura se refiere a “promover la cultura”.

Durante mucho tiempo se nos ha acusado de no tener producción constante y suficiente para poder promoverla, pero en el tiempo que llevo en el mundo del arte me di cuenta que es cierto que la cantidad de producción artística (en especial en el teatro) no es la suficiente, pero tampoco hay demanda y al analizar mas profundamente me di cuenta que el problema de la falta de producción es consecuencia de la ausencia de demanda de servicios culturales y en especial teatrales.

Por este motivo me queda claro que en nuestro contexto la labor de la gestión cultural debe ser la de “servir de medio para promover la aproximación entre la población y los creadores artísticos” de este modo al acercar la labor artística a la gente y así se logra generar una demanda.

En ese entender los funcionarios de la municipalidad deberían ser este famoso medio que lleva el arte a la gente y siguiendo la lógica estos funcionarios deberían administrar los recursos de la municipalidad para este fin, nos referimos a que el personal y la infraestructura de la municipalidad estén orientadas y al servicio del arte para de este modo facilitar su contacto con el pueblo, en especial nos referimos al teatro municipal, esto sumado a la profunda labor de promoción de las artes a todo nivel de la sociedad, eso en mi opinión seria un gestión eficiente.

En Conclusión.
Para que el teatro tenga la vitalidad que requiere una ciudad patrimonio cultural de la humanidad, necesitamos que todos los funcionarios de la municipalidad (no citó al INC porque en mi opinión ya es caso perdido) deben estar familiarizados con el trabajo artístico para poder hacer una buena gestión de los recursos del estado en su pro.

Se debe dejar de lado el populismo y afán de lucro que llevan a los funcionarios a usar el teatro municipal como una sala de conferencia, un teatro es un templo del arte, la municipalidad tiene infraestructura que encaja de mejor forma con los requerimientos de otro tipo de actividades.Si los funcionarios municipales encargados del área de cultura no están dispuestos a realizar esta labor, sería necesario el encargar estas funciones a gente del sector privado que tenga experiencia en estos menesteres sin que necesariamente signifique concesionar todo lugar cultural que está bajo la administración de la municipalidad.

viernes, 16 de octubre de 2009

La Realidad No Es Suficiente


“El teatro consiste en extraer pedazos de la realidad y llevarlos a la escena”, este es el concepto que guía los destinos del teatro cusqueño desde hace más de diez años, para bien y para mal, al mismo tiempo.


Proviene de uno de los más grandes maestros de este arte, aquel que sin duda creo la técnica del actor más difundida y usada en el mundo entero, nos referimos a Constantin Stanislavski, el director ruso de principios del siglo XX creador del “Sistema”, principal representante de una de las corrientes mas importantes de la historia del teatro, el Naturalismo.


Desde que llegaron por estos lares estos conceptos han sido la boga en técnica actoral y al mismo tiempo sin querer queriendo han significado un atraso para el desarrollo de teatro cusqueño.

Se Buscaba Vivir No Actuar.

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX un joven ruso acudía frecuentemente a las representaciones teatrales que llagaban a su pueblo, sentía una gran curiosidad por este arte, pero sin embargo noto algo que no lo terminaba de convencer, los grandes actores que representaban a grandiosos personajes de la historia del teatro parecían no encontrar una regularidad en la calidad de sus actuaciones, un día podían actuar de tal modo que lograban conmover en lo más profundo a los espectadores y otros días simplemente parecían no estar inspirados.

Este hecho intrigo profundamente a este joven que comenzó a investigar los motivos de esta falta de regularidad y exclusiva dependencia de la inspiración para realizar una actuación sentida y verídica, esta búsqueda lo llevo a indagar en la psicología que por entonces estaba en pañales, con el tiempo se dio cuenta que había una evidente carencia de una técnica unificada que permitiera a todos los actores representar vívidamente sus personajes en cada una de las presentaciones que tuvieran que realizar.

Este joven ruso como podrán imaginar era Stanislavski, que decidió dedicar sus vida a la elaboración de esta técnica que como mencionamos más arriba posteriormente se denomino “El Sistema”, que consiste en una seria de capacidades que debe dominar un actor y que podríamos resumir casi sin hacerle justicia en las siguientes: Observación, Concentración, Imaginación, Acción, Objetivo, Circunstancias Dadas, Sentido de la Verdad, Comunión, Irradiación, Ritmo, etc.

Según este maestro la inspiración y los sentimientos son algo que no podemos convocar a nuestro antojo y mucho menos utilizar según nuestra conveniencia con el fin de realizar representaciones vívidas a nuestro capricho, entonces su propuesta consiste en engañar a nuestra propia mente con una complicada psicotécnica que permitiera a los actores evocar las emociones para conseguir lo que él denominaba “Vivir la Parte”, para esto tomo como inspiración la naturaleza en sí, para él siguiendo las leyes que tiene la naturaleza del ser humano para la vida cotidiana se puede conseguir evocar los sentimientos para lograr una actuación sincera, de ahí el nombre que se le dio a la corriente “Naturalismo”.

Más que un Sistema, Una Estática.

Junto con la revolución que significo la creación de esta técnica unificada para la formación de actores de teatro también vino una revolución en las puestas en escena, al seguir la vía natural Stanislavski llego a la realidad, realidad en el vestuario, en el maquillaje, en la escenografía, etc.

La obsesión del maestro ruso con la realidad se convirtió en una estética realista que se apodero de la escena europea y posteriormente mundial por más de treinta años, esto desencadeno al mismo tiempo mucha critica de parte de muchos directores del mundo (Craig, Fuchs, Appia, Marinetti) y muchos de la propia Rusia (Meyerhold, Tiarov, Evreinov), pero a pesar de la dura crítica el Naturalismo se desarrollo con gran salud.

La principal crítica que se le hacía a esta estética era su falta de la teatralidad, para la mayoría de los directores el público debía saber que estaba en el teatro no confundirlo con la vida cotidiana, lo cual le quitaba mucho del encanto al teatro de esa época.

Para Vsevolod Meyerhold desterrar la teatralidad del teatro y sustituirla por la realidad de la vida cotidiana convierte a los espectadores en voyeristas que “Miran por el Ojo de la Cerradura”, del mismo modo Alexandr Tiarov, criticó la obsesión de Stanislavski por respetar los tiempos reales de las acciones de las obras que ponía en escena, en su opinión hacer eso hacía las prestaciones más pesadas de lo que el dramaturgo que las escribió hubiera deseado al punto destruir la intención del propio autor.

Actuar, Representar o Actuar Mecánicamente.

Con el tiempo esta corriente se convirtió casi en un dogmatismo casi extremo y ese es el motivo por el que genera retraso en la evolución del teatro, especialmente en nuestra ciudad que carece de espacios de debate teórico, estético y de crítica objetiva.

Pero no es un problema netamente cusqueño, peruano o latinoamericano sino una característica de la herencia del maestro Stanislavski que se genero en su ánimo por crear (como dijimos antes) una técnica unificada y general para el arte de las tablas, y como bien conocemos ahora después de más de cincuenta años en los fenómenos artísticos, y ciencias sociales no podemos buscar leyes generales que se aplique a todos los casos.

En su esfuerzo por desterrar de una vez por todas las malas actuaciones Stanislavski descalifico a todo lo que no era actuación naturalista como si no fueran teatro, para el existen tres tipos de actores: El actor mecánico que hace los cosas de modo automático recurriendo al clisé (o como suena cliche) para actuar sin ningún sentimiento alguno realizando una actuación externa, sin contenido emotivo. El actor que representa que en algún momento del proceso de ensayos llego mediante a la inspiración a vivir su parte, en ese momento aprendió externamente las reacciones de su cuerpo y si voz y es capaz de representarlas posteriormente a su voluntad, pero sin carga emotiva alguna. El Actor, que sigue las leyes de la naturaleza que es actor de verdad porque conoce la psicotécnica que es propia del autentico arte teatral.

Esta descalificación de los otros dos tipos de actor generó en los que acceden a la literatura escrita por el maestro ruso y los fieles defensores de sus preceptos a despreciar el teatro que no fuera naturalista, es mas a pensar que no es teatro por ende también a creer que el que no conoce las enseñanzas Stanislavskianas es un simple amateur.

El Cusco es Más que Realidad.

La gran consecuencia de este dogmatismo es que la mayoría de talleres de teatro que se dictan con cierta regularidad en la ciudad se dedican exclusivamente a impartir técnicas Naturalista y dejan de lado el mundo mágico en el que nos rodea en el contexto andino al que pertenecemos, del mismo modo limitando las capacidades de las personas que se internan en el mundo del teatro para experimentar otros lados del teatro que contribuyen mas efectivamente a la búsqueda de un teatro propiamente cusqueño.

Al buscar constantemente la realidad en un contexto como el nuestro estamos limitando las visiones artística y técnica de los artistas de las tablas, y al mismo tiempo limitando las creaciones que estos realizan a algo que hasta cierto punto es limitado predecible y repetitivo.

También vincula irremediablemente a las practicas teatrales cusqueñas con el texto dramático que como bien sabemos no es parte del teatro en si sino que es parte de la literatura, el uso del texto dramático tiene increíbles ventajas (es algo que conozco desde adentro ya que casi toda mi experiencia como actor y director han sido trabajando con texto) pero al mismo tiempo limita el proceso de puesta en escena a una estructura (por lo general Aristotélica) rígida y difícil de flexibilizar.

Como consecuencia el desarrollo del teatro cusqueño está limitado y hasta cierto punto detenido al percibir que el buen teatro es exclusivamente naturalista y que busca la realidad, al tener este punto de vista negamos nuestras propias raíces rituales y culturales que son parte de la búsqueda del hombre andino hacia lo divino y son parte del autentico teatro cusqueño.

La realidad no es suficiente para representar a nuestro mundo andino, para encarnarnos como seres humanos, no es suficiente para reconectar al pueblo con el arte teatral, el teatro naturalista no es bajo ningún motivo teatro cusqueño.

sábado, 3 de octubre de 2009

Lo Teatral y Parateatral en el Teatro Cusqueño

Vivimos rodeados por una cultura en la que no se REPRESENTA nada, se ES sin duda alguna, por esa razón tenemos material suficiente para discutir la teatralidad de esta; nuestra manifestaciones de cultura tradicional pueden ser analizadas sin duda algún como representaciones teatrales, o también como algunos teóricos denominan, erróneamente en mi opinión, “Parateatrales”.

Sin embargo nuestras manifestaciones teatrales no cumplen ciertos requisitos indispensables para hacerle honor a nuestra hermosa cultura, diversa y mágica, esto debido a la falta de análisis y estudios similares a los que hace mención en el presenta articulo.

Creo que se necesitaría ser antropólogo para poder escribir claramente sobre este tema pero también se necesita tener un conocimiento aunque sea leve de las teorías del teatro, su lenguaje y elementos.

Teatral o Parateatral:

En los años setenta el ya muy conocido por todos nosotros Jerzy Grotowski, estaba abocado a la investigación de lo que él denomino “Parateatro”, las manifestaciones culturales rituales que tienen características similares a las del la representación teatral, es decir que cumplan con algo similar a la ya famosa dupla de elementos: Actor-Espectador, pero ahí es donde radica la diferencia entre lo que es efectivamente teatro y lo que cae en la denominación que estamos introduciendo en este párrafo.

En esta búsqueda de manifestaciones culturales que cumplen el requisito de poseer algo así como una interrelación entre Actor y Espectador uno se da cuenta pronto en su análisis que en estas expresiones rituales no existen espectadores, todos participan, todos son actores, por ende podemos entender que estos ritos no son teatro.

Sin embargo en el contexto urbano y andino podemos observar manifestaciones que tiene diferencias que acreditan a nuestros ritos urbanos como teatro.

Vivimos en una ciudad que afortunada o desafortunadamente (todavía no lo tengo claro) es patrimonio cultural de la humanidad y además es capital de una departamento en el que se encuentra una de las siete nuevas maravillas del mundo (eso sí estoy seguro que no nos hace bien, espero que con el tiempo Cusco no se vuelva como Venecia) eso trae como consecuencia una importante cantidad de turismo nacional e internacional, es decir que vienen personas ajenas a nuestra cultura y contexto a PRESENCIAR estas manifestaciones rituales.

Este hecho convierte a estos ritos en TEATRO; los turistas al no entender (del modo como los cusqueños lo hacemos) estos actos de representación no pueden ser parte de ellos, no pueden participar activamente de ellos, por más fuerte que sea el deseo de hacerlo; lo propio se aplica con cusqueños (como yo) que no terminamos de entender el mundo andino por provenir de otros universos culturales a pesar de haber nacido aquí.

Ser o Representar.

Durante todos mis años haciendo teatro (11) me enseñaron que no debía actuar, que debía vivir la parte, es decir que tenía que creer que lo que le pasaba al personaje que me tocaba representar era cierto, para lograrlo debía aprender una psicotécnica muy compleja que toma muchos años en ser dominada (esta técnica pertenece a la corriente denominada modernamente Realismo Psicológico pero tradicional y justamente se denomina Naturalismo) y muchos más ser olvidada (lo intento hace 5 años sin lograra separarme por completo).

Pero qué pasa cuando tradicionalmente se ES en un escenario sin necesidad de recurrir a complicadas técnicas, elaboradas especialmente para estos fines, esto es mejor o peor, al ser sin representar ¿desaparece la magia del teatro?

Pues esto depende de los ojos con los que se mire, tradicionalmente en el oriente el teatro no tiene la función de entretener o educar del modo como se entiende en el occidente y en los lugares que fuimos colonias y mal heredamos las costumbres de esas latitudes, el carácter ritual, religioso y tradicional del teatro Kathakali (India), Kabuki (China) y Nó (Japón) son una prueba de que depende mucho del punto de vista, si bien es cierto en estas formas de teatro de Asia los actores siguen representando, es lo más cercano a lo que queremos ejemplificar.

Los actores de estas tres formas de teatro citadas en el párrafo anterior se convierten en tales por tradición, sus familias se dedican al teatro generación tras generación, dichos actores son entrenados desde niños y cada familia tradicionalmente se dedica a la representación de un personaje en particular, por lo cual llegan a una maestría inigualable por muchos de los actores de influencia occidental.

Las presentaciones de estos teatros son casi un existir en lugar de representar, la magia está presente en cada uno de los movimientos que son parte de las partituras que ejecutan dichos actores desde hace cientos de años y que evolucionan ligeramente con el paso de los años, y esto definitivamente no mella la calidad de la representación sino que la enaltece.

Del mismo modo que en nuestros rituales tradicionales mucha de la gente que (podemos decir) desempeña el rol de ACTOR lo hace porque es parte de una costumbre familiar, algunos de los que forman parte de la hermandad del Señor de los Temblores son parte de esta por un largo legado familiar, de este mismo modo los danzarines de las cuadrillas de Paucartambo, los Ukukus, y así podríamos continuar la lista.

Esto sumado a que en nuestra cultura no se representa, se ES o no se existe y ahí radica su magia, nace de la falta de esfuerzo por emular la realidad o alcanzar la representación de un símbolo con cierto grado de perfección, basta entrar en el contexto andino para que la magia aparezca.

Si queremos hablar de resultados y la calidad de estos, también depende del punto de vista, si se tiene la oportunidad de ver fotos o videos de los teatros de oriente más arriba citados uno puede observar una gran maestría casi sin igual, lo mismo se puede decir de un gran actor occidental representando un Shakespeare en lo mejor de su carrera, y también se puede decir algo similar de un Ukuku con mucha experiencia.

Entonces si pretendemos dirimir si Representar es mejor que Ser incurriríamos en un grave error, pero sin embargo esto no mella la validez y la importancia de la pregunta que acabamos de intentar responder con algo de claridad.

Buscando La Magia.

La influencia del teatro que practicamos en el Cusco actualmente es claramente europea, y es porque es muy difícil dejar de lado las enseñanzas de los maestros del viejo continente, preguntarse lo que el gran maestro del Naturalismo Stanislavski se pregunto, responder lo que Grotowski se respondió, lograr que el espectador se sienta extraño a la función de teatro que acaba de presenciar y de este modo pueda analizarla como consiguió Brecht o buscar la deconstrucción de los lenguajes como Kantor.

Esta influencia claramente busca lograr resultados iguales o similares a los que lograron los maestros europeos, buscar esa magia, algo que como todos los teatristas sabemos es muy difícil de lograr.

La sencilla razón es que al emular técnicas occidentales no nos permitimos entregar el alma entera a la empresa de traer magia a nuestras creaciones teatrales, nuestro corazón es muy distante a las habilidades que las corrientes occidentales nos piden, nuestro gesto facial, nuestro gesto corporal es muy diferente y único, nuestro mundo es muy diferente al de ellos.

Cuando un Altomisayoq (creo que lo estoy escribiendo mal pero la idea se entiende) junta en su mesa los diferentes elementos necesarios para un pago no está intentando representar simbólicamente los elementos que componen el mundo para equilibrarlos, los hace presente, están ahí en ese momento no son REPRESENTADOS, SON; de ese modo trae la magia que equilibra.

Esta es magia de los andes, magia cusqueña, pura y única en el marco de un ritual que podría ser analizado (tal vez incurriendo en un error) como un acto de representación. El pago es un ejemplo (si queremos analizarlo como teatro) de actuación PERFECTA, única en cada rasgo, con la gestualidad andina en su máxima expresión y consigue lo que grandes directores soñaron en conseguir durante toda su vida: “HACER VISIBLE LOS INVISIBLE”.

Tomando en cuenta lo que acabo de exponer sería necesario INVESTIGAR la gestualidad y ritualidad andina para poder llevar nuestro teatro a la altura de nuestra maravillosa cultura, es necesario el nacimiento de artistas de las tablas dispuestos a entregar su vida a esta tarea que necesita eso, entregarle la vida.

Es un reto enorme, pero necesario para el desarrollo de nuestro teatro, buscar las fuentes, la raíz para conseguir que regrese la magia a nuestro teatro y con ella tal vez también el público y el equilibrio.